Las coberturas de vacunación obligatoria en Córdoba y en el país están lejos de los niveles necesarios. Según datos del Ministerio de Salud provincial, hasta el 28 de junio se aplicaron 427.494 dosis antigripales, pero la cantidad de personas inmunizadas sigue siendo baja, lo que genera riesgo de reintroducción de enfermedades ya erradicadas.
Bajas cifras en grupos de riesgo
En niños de 6 a 23 meses, solo el 58,4% recibió una dosis y el 41,7% completó el esquema. Entre embarazadas, el 55,6% fue vacunado contra la gripe y el 70% contra el virus sincicial respiratorio (VSR), que protege a bebés de bronquiolitis grave. Otras cifras: 66,4% en equipos de salud, 34,3% en personal esencial y 42,4% en adultos mayores.
El Ministerio admitió que tampoco se alcanzaron los valores esperados con las vacunas contra neumococo y tos convulsa, aunque hay mejoras respecto al 2024.
Alerta y riesgos concretos
Este año, un brote de sarampión en Buenos Aires encendió las alarmas. Si la cobertura no sube al 90%-95%, hay chance de que vuelvan enfermedades como el sarampión o la poliomielitis. Ana Ceballos, infectóloga de la Sociedad Argentina de Pediatría, advierte: “Si aparece un caso importado de sarampión, se puede desencadenar un brote. Es muy contagiosa y puede ser grave en adultos no vacunados”.
¿Por qué baja la vacunación?
Las especialistas lo atribuyen a varios factores. Ana Ceballos apunta al desconocimiento: “La gente no le tiene miedo al sarampión porque no la conoce. Al no ver la enfermedad, se pierde el miedo”. Eugenia Tirao, del Hospital Infantil, coincide: “Después de la pandemia, hay mucha desconfianza. Unos son fanáticos de las vacunas y otros dudan. Ahí debemos explicarles los beneficios”.
María Eugenia Vittori (Epidemiología, Córdoba) opina que el fenómeno es mundial, pero en Argentina se agrava porque la gente no va a vacunarse y subestima los riesgos.
Florencia Cahn (Fundación Huésped) remarca la importancia de la recomendación médica: “Es clave explicar por qué recomendamos la vacunación, escuchar y responder dudas. Las del calendario nacional son un derecho”.
Barreras de acceso y registro
El acceso también es un problema. Muchos centros abren solo en horario laboral, y a veces faltan dosis. Por otro lado, no siempre se registra cada vacunación, lo que puede dar un subregistro.
Las especialistas proponen volver “al terreno”, llevando las campañas a escuelas, clubes, eventos y barrios, incluso con carpas o casa por casa. Aunque es costoso, aseguran que mejora la cobertura.
En conclusión, las bajas coberturas se deben al éxito anterior de las vacunas, pérdida del miedo, desinformación tras la pandemia, dificultades de acceso y errores de registro. La solución: cercanía médica, campañas creativas y presencia territorial.