El caso de Diego Fernández Limia, el joven de 16 años hallado enterrado en un terreno vecino a la casa donde vivió Gustavo Cerati en Coghlan, volvió a cobrar fuerza tras identificarse a un sospechoso principal: Cristian Graf, su ex compañero de secundaria. El hallazgo ocurrió casi 41 años después del crimen.

El giro en la investigación surgió gracias al testimonio de otro ex alumno del mismo colegio, que vivía en Europa y contactó al fiscal Martín López Perrando al conocer la identificación del cuerpo. Contó que Diego y Cristian eran amigos en la adolescencia y que la familia Graf aún habita en la propiedad donde apareció el cadáver.

Testimonios y avances en la causa

El fiscal tomará declaración a este jueves a Graf por Zoom. Podría ser indagado por homicidio, aunque la causa probablemente prescriba por el tiempo transcurrido. Aun así, la Justicia busca reconstruir lo sucedido.

“Está claro que Fernández Limia fue asesinado. No sabemos si solo hubo un asesino. La intención es reconstruir lo que pasó hace 41 años”, indicaron fuentes judiciales.

Cómo se descubrió el cuerpo

El Equipo Argentino de Antropología Forense confirmó que los restos hallados el 20 de mayo en avenida Congreso al 3700 pertenecían a Diego, desaparecido desde 1984. Fue visto por última vez en la esquina de Naón y Monroe, en Belgrano.

La fosa estaba en un terreno lindero a la casa de Cerati, apenas separada por una ligustrina. Medía 1,20 metros de largo, 60 centímetros de ancho y 40 de profundidad, excavada de forma improvisada. El cuerpo mostraba signos de muerte violenta.

Lejos de ser un caso común, la proximidad con la casa del ícono del rock argentino despertó interés público, pero detrás está la tragedia de una familia que buscó justicia por 40 años.

Con el foco en Cristian Graf, la Fiscalía quiere establecer los vínculos y si otros participaron en el crimen.