Un cuerpo en avanzado estado de descomposición fue hallado el lunes en un ropero de un departamento del centro de Córdoba. Allí vivía el ex policía Horacio Grasso, condenado por el crimen de Facundo Novillo y beneficiado dos veces con prisión domiciliaria, lo que ahora está bajo intensa revisión.
El hallazgo ocurrió en Buenos Aires al 300, cuando albañiles que realizaban arreglos detectaron un olor nauseabundo y dieron con la macabra escena. En ese lugar residía Grasso, quien fue sentenciado a 27 años de cárcel en 2009 por la muerte del niño de seis años en un ataque narco en barrio Colonia Lola.
El ex policía había recibido la prisión domiciliaria en 2019, aduciendo problemas cardíacos. Primero se instaló en barrio General Paz, pero pronto agredió a su madre y escapó por los techos, por lo cual fue recapturado y se revocó el beneficio. Sin embargo, en 2020 se le otorgó nuevamente el arresto domiciliario, trasladándose al departamento donde ahora se investiga el crimen.
Vecinos aseguraron que Grasso incumplió las condiciones de la domiciliaria en ese inmueble también, lo que provocó su regreso al penal de Bouwer. Este caso volvió a poner en debate el control deficiente de los condenados bajo arresto domiciliario. “Estos incumplimientos se producen cuando se relajan los controles estatales”, advirtió el fiscal Marcelo Fenoll. Además, señaló que aunque existen tobilleras electrónicas y otras tecnologías, “el tema es que también hay que revisar si tenemos los recursos suficientes para poder hacer un seguimiento completo”.
Fuente: El Doce (link).