En Moscú, Rusia, en los últimos días sumaron más nombres a la extensa lista de personas relacionadas con Vladimir Putin que murieron en circunstancias extrañas, muchas veces catalogadas oficialmente como suicidios. Las sospechas siguen creciendo tanto dentro como fuera del país.
El caso más reciente fue el de Andrei Badalov, vicepresidente de la estatal Transneft, hallado muerto al pie de su edificio tras caer por la ventana. Como ya sucede con otros casos de figuras allegadas al presidente ruso, la palabra “suicidio” apareció enseguida en los partes policiales.
No es el único de la lista. Marina Yankina, funcionaria del Ministerio de Defensa, murió tras caer de un piso 16. El juez federal Antyon Bartenev cayó desde un piso 12 mientras investigaba corrupción en el Kremlin. El presidente de Lukoil, Ravil Maganov, también “saltó” desde un hospital donde estaba internado por un tema menor.
Una lista que no deja de sumar nombres
Pavel Antov, opositor crítico de la invasión a Ucrania, cayó desde el balcón de su hotel en India. La lista incluye incluso muertes muy extrañas, como la de un empresario que “se disparó en la cabeza nadando en su pileta”.
En estos días se sumaron los casos de Román Vladimirovich Stavoroit, hallado muerto de un balazo en la cabeza dentro de su auto en las afueras de Moscú, y el rico banquero Vladislav Avayev, muerto junto a su esposa e hija menor en su departamento, en lo que se catalogó como “crimen seguido de suicidio”.
Putin y la sombra de las muertes dudosas
Las muertes de allegados al presidente rusos, muchas veces etiquetadas como suicidios, se mezclan con otras famosas: el envenenamiento del ex espía Alexander Litvinenko, el asesinato de Boris Nemtsov, el paro cardíaco de Navalny y el “accidente” aéreo de Prigozhin.
Berezovsky, quien ayudó a Putin a llegar al poder, terminó “suicidado” en su mansión de Londres tras oponerse a él. El círculo de muertes misteriosas parece no tener fin. ¿Cuántos más aparecerán en la lista?
Fuente: El Doce (link).