Israel y Irán entraron en guerra abierta el jueves 13 de junio de 2025, tras un devastador ataque israelí en territorio iraní. El conflicto pone a todo Oriente Medio en alerta máxima por el riesgo de una escalada nuclear, después de décadas de enfrentamientos indirectos.

De la tensión a la guerra directa

Después de medio siglo de hostilidades, el choque directo comenzó en abril 2024, cuando Israel atacó la embajada iraní en Damasco. Irán respondió con una andanada de misiles, pero hasta ahora ambos países solo habían lanzado advertencias y represalias controladas.

La raíz de este odio se remonta a 1979, cuando la revolución islámica rompió relaciones con Israel. La teocracia iraní, que surgió tras la caída del sha, nunca reconoció el derecho de Israel a existir. Desde entonces, Irán combatió a Israel de manera indirecta a través de grupos aliados como Hezbolá, Hamas y milicias regionales.

La ofensiva israelí, un golpe sin precedentes

Lo ocurrido este jueves fue diferente: Israel logró infiltrar drones en territorio iraní y atacó blancos clave, eliminando a científicos nucleares, altos mandos militares (incluidos Hossein Salami y Mohamed Bagheri) e instalaciones fundamentales del programa nuclear. Según expertos, este ataque superó cualquier advertencia previa y elevó el conflicto a una guerra total.

Un futuro incierto

Ahora, con la posibilidad de armas nucleares en juego y el fantasma de una guerra más grande, todo Oriente Medio está en vilo. Resta saber si Irán puede resistir el poder militar israelí o si el conflicto terminará con un acuerdo forzado y el compromiso iraní de abandonar el enriquecimiento de uranio.

La gran incógnita es si una victoria israelí se limitaría a desarmar a Irán o si buscaría un cambio total en el régimen teocrático.

Fuente: El Doce (link).