Ramiro Alaniz Cortés, de 32 años, perdió la vida el sábado a la noche tras el desprendimiento de una pared en el edificio María Reina, en Nueva Córdoba. Su mamá, Ana Cortés, recordó con dolor cómo fue la última comunicación que no llegó a concretar, a pocos días de lo que hubiera sido su cumpleaños.

La tragedia en el edificio

El accidente ocurrió el sábado a la noche y Ramiro fue la única víctima fatal del derrumbe en el edificio María Reina. Su familia, oriunda de Villa Dolores, atraviesa un profundo dolor por la pérdida. Ana lo describió como “un ser de luz” y recalcó: “Estaba muy apurado por vivir, tenía tantas cosas hermosas que cada persona que lo conoció lo recuerda”.

La última llamada y el pedido especial

El jueves 22 de mayo, Ramiro hubiese cumplido 33 años. Según contó su mamá, le había pedido que le preparara un locro para celebrarlo en familia. El jueves pasado, intentó hacerle una videollamada para hablar con sus nietos, pero Ana estaba ocupada y lamentó: “Esa hubiera sido la última comunicación antes de la tragedia”.

Recuerdos y nuevos rumbos

Ana confesó que quiere quedarse “acurrucadita” en los recuerdos de su hijo revoltoso, quien todos los días la llamaba por teléfono: “Quiero quedarme con eso, era hermoso y no me lo va a devolver nadie”. Además, destacó que Ramiro había dejado su trabajo de 10 años en una clínica para emprender un negocio propio de autopartes junto a un amigo. “Estaba feliz, estaba aprendiendo”, recordó.

El sábado, Ramiro trabajó todo el día y luego se reunió con amigos de su ciudad natal. “La ha pasado bien y con eso me quedo, con que estaba feliz”, concluyó Ana.

Fuente: El Doce (link).