El desempleo y el déficit comercial encendieron las alarmas en la economía argentina a fines de junio, según analistas y datos oficiales. El Gobierno enfrenta preocupaciones por el aumento del desempleo, el deterioro del saldo comercial y nuevas tensiones internacionales que pueden complicar el panorama.

En los últimos días, los indicadores económicos pusieron en guardia al Gobierno nacional. El dato que más preocupa es el desempleo: subió a 7,9%, un salto de 1,5 puntos respecto al cierre de 2024. En Córdoba, el problema es mayor, con un 9,2% de desocupación. Según los especialistas consultados por el REM, esperan que mejore la situación si crece la economía en la segunda mitad del año. De hecho, proyectan una baja del desempleo y un crecimiento del 5,2% para finales de 2025.

Comercio exterior: luces amarillas

Otra advertencia: las exportaciones cayeron 7,4% en mayo. Si bien el acumulado anual muestra cierto aumento, las importaciones crecieron mucho más (34,3%), poniendo presión sobre el saldo comercial. En los primeros cinco meses, el superávit fue de apenas 1.883 millones de dólares. Analistas anticipan que, para noviembre, importaciones y exportaciones podrían empatar, una señal preocupante.

Entre los factores que influyen, se destaca la caída en ventas de productos primarios y el mínimo crecimiento de las manufacturas del agro. Mientras tanto, la importación de autos y maquinaria creció fuerte: los autos son el producto más comprado al exterior, especialmente de Brasil. También aumentó el uso del sistema “puerta a puerta”, que ya representa 45 millones de dólares mensuales.

Reservas, cepo y FMI

El Banco Central superó los 40 mil millones de dólares en reservas, usando deuda cara para cumplir con el FMI. Sin embargo, la cuenta corriente pasó de superávit a déficit de 2% del PBI, según Jorge Vasconcelos, y el cepo cambiario sigue trabando importaciones. “El dólar flota libremente”, insisten desde el Gobierno, pero la presión puede crecer si aumentan las demandas de divisas por importaciones, ahorro o deuda.

Nuevas retenciones y panorama global

En cuanto a las retenciones, un decreto subió las de soja al 33% y las de maíz al 12%, lo que disparó las declaraciones de ventas y el ingreso adelantado de divisas. Pero también genera incertidumbre para el campo: “Más retenciones es menos producción”, advierten.

El contexto internacional tampoco ayuda. Las tensiones entre Israel, Irán y EE.UU. afectan los flujos y precios globales, sumado a la guerra comercial China-EE.UU., que encarece los fletes y hace más impredecible el comercio global. Así, Argentina debe manejar una economía frágil, con poca capacidad de maniobra y superávits sostenidos a fuerza de medidas que restringen la actividad.

“El desafío no es sólo mantener los superávits a cualquier costo, sino construir condiciones sostenibles que permitan desarrollarnos sin afectar la competitividad ni restringir la actividad”, remata el análisis.

Fuente: La Voz (link).